Calella
Como
de una mina, he extraído
de
ti duros diamantes, turquesas,
alabastro
y oscuro ónice.
Las
paredes de esta habitación,
ya
oscuras, pero por el día
blancas
como la espuma del mar,
fueron
solemnes testigos del tan
arduo
trabajo de nuestro amor.
Suave
seda, exquisitas perlas,
fue
a menudo, mas también cumbre
escarpada,
silencio de polvo
seco,
inalcanzable orilla.
Yace
ahora tranquila, duerme,
amor,
que esta noche las hormigas
del
cuarto de baño no osarán
profanar
este sagrado templo.
Esta en especial me trae unos recuerdos preciosos... recuerdo esa espuma del mar Mediterráneo en la que perdí un anillo ese verano... recuerdo la frescura de ese Mar... las arena con piedrecitas, aquella habitación con hormigas en el baño que no impidieron que fueran dos semanas increíbles. Lo echo de menos y seguro que aquel sitio nos echa de menos a nosotros también.
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