viernes, 22 de febrero de 2013

Un poema (y una foto)

No todo fluye.
Tras tu pupila azul,
una sencillez cristalina permanece pétrea.
Cuántos cadáveres por el suelo,
cuántos caballos cansados de relinchar
cuyos hocicos, como chinchetas,
se clavan en los pies.
Y sin embargo el fruto maduro
que cae del árbol,
sin embargo el jugo que se desparrama.
Es tan fácil hacerte feliz.
Tienes razón, al fin:
no todo fluye.



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